Luego de su éxito con diseños para Starbucks y Twitter, María Motta creó Twibbles, una marca de moda infantil que fomenta una relación más cercana con la lectura y las posibilidades maravillosas de la ilustración.
María Motta descubrió su pasión por la ilustración infantil cuando estudiaba Bellas Artes en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, pero solo fue hasta que empezó su maestría en la Academy of Art University de San Francisco, en 2012, que obtuvo las bases para poder empezar a construir la exitosa carrera que la ha llevado a desarrollar una innovadora idea en la cual combina la confección de moda infantil con la literatura.
“En San Francisco, gracias al Crédito Beca de Colfuturo, empecé a aprender lo más básico del dibujo, la línea, el color, y seguí expandiendo mi amor por la ilustración infantil. Estuve en el proceso de reaprender todo, porque mi trabajo en el pregradofue muy clásico, las bases de dibujo que tenía no eran muy extensas”, recuerda María.
“En San Francisco, gracias al Crédito Beca de Colfuturo, empecé a aprender lo más básico del dibujo, la línea, el color, y seguí expandiendo mi amor por la ilustración infantil.
Solo al final de su maestría empezó a cosechar los frutos de ese entusiasmo con el cual afrontó el reto de aprender a dibujar, cuando logró participar en el Spring Show -el evento más importante de la universidad- y en la presentación de los mejores portafolios que el director del programa escoge para mostrar a las grandes compañías.
“Cuando me gradué decidi enfocarme en hacer freelance y empecé con lo básico”, recuerda. El gran salto como ilustradora lo dio en febrero de 2019 en Starbucks, donde trabajaba “para pagar las cuentas”. Viendo su trayectoria, un día le pidieron que hiciera la imagen del mug estrella de una nueva tienda que iban a abrir en San Francisco. Luego vinieron murales para otras tiendas, la imagen para la camiseta del servicio comunitario que usan los empleados en todo Estados Unidos y Canadá y la de la camiseta para las fiestas de fin de año.
“En ese momento mi nombre se empezó a conocer un poco más y me empezaron a llegar más clientes”, recuerda. Marcas multinacionales como Twitter, Salesforce y organizaciones como HOPE (Hispanas Organized for Political Equality) y la FUPAD (Fundación Panamericana para el Desarrollo) la llamaron para liderar distintos proyectos, entre los que se destacan la creación de retratos para las legisladoras de California de los últimos 30 años.
Su carrera como emprendedora se inició cuando quedó embarazada. Quería decorarle la habitación a su hijo con motivo de circo, por lo que empezó a diseñar las telas para las sábanas y los muebles. Su esposo, Seth, apoyó esta idea escribiendo poemas que acompañaban el concepto.
Cuando Benjamín nació, María empezó a hacerle baberos con ilustraciones del océano, que su esposo nuevamente acompañó con historias. Una cosa llevó a la otra, y empezaron a vender los baberos y los cuentos.
Ese fue el inicio de Twibbles, una marca de moda infantil con la que busca impulsar el fomento de una relación más cercana con la lectura y las posibilidades maravillosas de la ilustración.
Twibbles es una empresa familiar en la que María desarrolla el concepto y crea el diseño para las telas. Su esposo escribe las historias y su hermano se encarga de la estrategia del negocio. Tienen una directora de manufactura en Medellín, donde está localizada la producción, que empezó a mediados de 2018. Si bien por el momento solo están produciendo baberos y mantas, próximamente iniciarán producción de camisetas y bodies para niños y niñas hasta los 5 años.
“Al terminar mi maestría con Colfuturo me quede en Estados Unidos y siempre estuve pensando qué puedo hacer para hacer un aporte significativo con lo que aprendí en la universidad. Ahí nació la idea de donar un libro en Colombia a algunas de las fundaciones aliadas con cada venta que hagamos en Twibbles”, señala.
María reconoce que a pesar de que el valor del compromiso de la deuda con Colfuturo es elevado, especialmente ya que al decidir quedarse en EEUU, el componente de beca ya no es válido, está feliz con el ‘esfuerzo financiero’ que invirtió en su educación. ‘De no ser por el Crédito Beca de Colfuturo, no hubiera dado el paso de venir a San Francisco y la construcción de este sueño no habría comenzado’.