“Hablando con una de las amigas que hice en la maestría, le decía que ese fue uno de los mejores años de mi vida.
Hija de un oficial de la Armada Nacional barranquillero, Mónica Rolong fue criada sin las típicas convenciones de género por las cuales los padres encaminaban a sus hijas en la recta final del siglo XX, y con libertades que forjaron su personalidad de mujer idealista.