La herencia familiar hizo que Nathalia Mosquera, una arquitecta bogotana, se identifique con el Chocó y lleve en su interior la necesidad de trabajar en pro del departamento desde los distintos proyectos en los que se ha involucrado desde su regreso del Reino Unido, donde estudió una maestría con el apoyo de COLFUTURO. Este artículo hace parte de un especial que busca destacar el talento que está trabajando por el Chocó desde su territorio.
Escrito por: Luis Carlos Proaños O.
“Hablando con una de las amigas que hice en la maestría, le decía que ese fue uno de los mejores años de mi vida. No solo por el reto académico, sino por la experiencia y la gente que conocí; al final Londres es una ciudad que no tiene un par en el mundo”, reconoce la bogotana Nathalia Mosquera Palomeque.
“La maestría tenía un enfoque basado principalmente en que un proyecto no es solo hacer, diseñar y ya. Detrás hay un montón de aspectos que moldean cómo se hace ese proyecto, para que sea exitoso y pueda contribuir al desarrollo de una región"
En 2013, gracias al apoyo del Programa Crédito Beca, tuvo la posibilidad de realizar su posgrado Building and Urban Design in Development de University College London (UCL), en Reino Unido. “La diversidad, la gente que conocí, la universidad, el tipo de trabajo que hicimos. Todo se sumó a una experiencia que fue increíble”, agrega en su recuerdo.
Lo aprendido en UCL cambió el rumbo profesional de Nathalia. “La maestría tenía un enfoque basado principalmente en que un proyecto no es solo hacer, diseñar y ya. Detrás hay un montón de aspectos económicos, políticos, sociales que moldean cómo se hace ese proyecto, para que funcione, sea exitoso y que la gente se apropie y pueda contribuir al desarrollo de una región y un país. Eso me marcó muchísimo”, explica.
Egresada como arquitecta de la Universidad de los Andes, al volver a Colombia luego de terminar su maestría, Nathalia decidió enfocarse en el tema participativo desde lo arquitectónico y no salirse de ese cauce. Por eso tardó un tiempo en ubicarse laboralmente, en la búsqueda de un trabajo que se adaptara a esa premisa y a lo que quería complementar desde el desarrollo profesional.
“Empecé a trabajar en la Presidencia de la República, en un programa de la Consejería para la Primera Infancia. Hacíamos parte de un grupo de arquitectos llamado Plan Padrino. Diseñamos y formulamos infraestructura para la primera infancia”, explica. Esa posición le abrió su panorama geográfico: conoció toda Colombia. “Eran varias etapas, focalizar los municipios beneficiados, visitar, conocer los lotes, los actores involucrados, realizar talleres de diseño participativo. Después diseñar, que ya era un trabajo de oficina, y supervisar la ejecución y hacer la coordinación y gestión de recursos”, agrega.
En esa etapa experimentó varios hechos que cambiaron aún más su norte y su futuro. Logró identificar algunas ventajas de realizar proyectos que no estén sujetos a temporalidades como vigencias y a los aspectos burocráticos, a la vez que conoció a Natalia Child, también beneficiaria del Programa Crédito Beca de COLFUTURO quien estudió su misma maestría, con quien puso en marcha dos iniciativas que hacen parte de su presente.
Así fue como nacieron Noddo ONG y Upia, dos proyectos de producción social del hábitat pensados para colaborar horizontalmente con las comunidades.
“Decidimos crear Noddo, una ONG, para hacer las cosas como queríamos y como creemos que deberían suceder. La fundamos en plena pandemia, teniendo en cuenta la participación participativos, el entorno, la sostenibilidad y otras variables que van muy ligadas al desarrollo de un proyecto arquitectónico y de consultoría. En estos últimos 3 años hemos trabajado en la ruralidad colombiana: en Nariño, Caquetá, César; también en proyectos urbanos en Bogotá, pero sobre todo en temas rurales, con comunidades indígenas, firmantes del Acuerdo de La Habana, campesinos y comunidades negras”, explica Nathalia.
Sin embargo, en el proceso se encontraron con algunas barreras propias de la naturaleza del proyecto. “Las cosas no son tan ideales como uno las piensa antes de empezarlas. Nos dimos cuenta de que había ciertos temas que eran difíciles al ser una ONG: en el pago de los salarios de los equipos, porque muchas veces los recursos están limitados; estábamos perdiendo cierta independencia en las decisiones. Pensamos que la mejor opción era tener un paralelo que fuera for profit (entidad con fines de lucro)”.
De allí nació Upia, una empresa que trabaja en el diseño de sistemas para el hábitat a través de tecnología, con un enfoque circular. “Buscábamos generar materiales, elementos o sistemas que puedan servirle al hábitat en diferentes entornos. Vimos la dificultad que tienen las comunidades para adquirir materiales y llevarlos a las comunidades porque la mayoría al ser importados, son costosos yno llegan a ciertos lugares, ademas, las materias primas con las que trabajaban originalmente en su arquitectura vernácula están escaseando debido al cambio climático o la extracción”.
“Conocí a otras personas chocoanas, que tenían la misma intención de trabajar en pro del desarrollo y del beneficio de las personas del departamento. Nos unimos para hacerlo de manera colaborativa y poder gestionar eso que quizás en el ejercicio profesional de algunos no era posible o era más difícil”.
Actualmente, debido al devenir de los hechos, decidió poner en pausa la primera iniciativa para darle fuerza a la segunda. Con ello, Nathalia empieza a proyectar las dos iniciativas, concebidas como un todo. “Esperamos que Noddo y Upia sean un círculo en el que Upia pueda contribuir con Noddo y Noddo sea un enlace más con la gente y los territorios. Queremos que el sistema se alimente de Upia, generando soluciones o impactos en el desarrollo físico de ciertas comunidades. Al final Noddo tomaría esa cara hacia los territorios más rurales y Upia sería ese enlace tecnológico que genera el recurso para poderlo hacer de manera más independiente y autónoma”, informa.
Paralelamente, desde hace dos semestres, dicta la clase ‘Argumentador’ en el pregrado de Arquitectura de la Universidad de los Andes. “Se basa en formular un proyecto de grado acorde con el entorno en el que están trabajando, con los requerimientos del lugar, con la gente que participa. Es donde los estudiantes van construyendo el argumento alrededor del proyecto”, explica.
Hija de un padre nacido en el municipio de Condoto y de una madre de Quibdó, Nathalia siente el territorio chocoano como parte de su esencia. Por eso, en algún momento sintió que las cosas que hacía no la estaban llevando al Chocó. “Conocí a otras personas chocoanas, que tenían la misma intención de trabajar en pro del desarrollo y del beneficio de las personas del departamento. Nos unimos para hacerlo de manera colaborativa y poder gestionar eso que quizás en el ejercicio profesional de algunos no era posible o era más difícil”.
Así fue como nació Redpensando al Chocó , una iniciativa de exbecarios que quieren aportar desde lo que son y lo que hacen, en distintas áreas, a la discusión y a la práctica para construir un departamento con más oportunidades.
“Con ello he encontrado una posibilidad de estar más relacionada con el Chocó, en mayor sintonia con su gente y observando de diferente manera sus problemáticas. La Red es un espacio para buscar soluciones y ser más activos en el proceso evitando acciones inmediatistas, al contrario, contribuyendo a un cambio profundo que impacte la vida de las personas y su calidad de vida. Acciones que se inscriban y ayuden a contribuir a un cambio sistémico", explica.
En línea con eso, Nathalia ahora es consciente de la búsqueda que hay detrás de sus acciones. “Mi misión, más allá de la arquitectura o el urbanismo, es poder contribuir a cualquier proyecto en el que yo pueda ser útil. El fin último es poder contribuir desde Noddo y Upia en proyectos más tangibles de arquitectura y desarrollo territorial en el Chocó, que hace tanta falta”, finaliza.