Mónica Rolong, vivir en el exterior ratificó lo que quiere construir en Colombia

Mónica Rolong es una cartagenera cazadora de grandes propósitos, que ha tenido la oportunidad de vivir en diferentes partes del mundo, como el Reino Unido, Bélgica y Estados Unidos. Durante esos años, descubrió que su verdadera vocación es trabajar por nuestro país. Hoy aspira a la Alcaldía de Cartagena. Conversamos con ella para conocer qué hay detrás de esta profesional destacada, para la cual los sueños no tienen límites.

Escrito por: Luis Carlos Proaños y Karina Llanos Gómez

Hija de un oficial de la Armada Nacional barranquillero, Mónica Rolong fue criada sin las típicas convenciones de género por las cuales los padres encaminaban a sus hijas en la recta final del siglo XX, y con libertades que forjaron su personalidad de mujer idealista. “En mi casa nunca escuché cosas como ‘acuérdate que las niñas deben hablar así’, o ‘como eres mujer debes comportarte así’, recuerda hoy. 

Su familia se mudó de Cartagena a Bogotá cuando ella tenía 12 años, y gracias a eso descubrió que llevaba muy marcado en su interior el alma del Caribe, al contrastar su esencia con la vida capitalina, lo cual marcaría de manera significativa lo que ha sido su vida adulta.

El día de su graduación

“Con la primera beca de COLFUTURO mi vida cambió para siempre. La Mónica que existía antes, cambió. Mi vida, como la conozco ahora, empezó ese día"


Se tituló como abogada de la Universidad de los Andes, y empezó a trabajar en firmas bogotanas manejando temas corporativos, adquisiciones, licitaciones públicas, entre otros. Pero se dio cuenta que la huella que dejaba su labor no era lo que la conectaba con su propósito superior: “Eran impactos puntuales, que me estaban enriqueciendo profesionalmente, pero lo que yo quería con mi vida, como idealista, era acabar con la inequidad y las injusticias del mundo. Para eso había estudiado Derecho”, explica Mónica. 

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Por eso, a sus 25 años ya tenía claro que se quería ir a estudiar al exterior y recuerda: “Con la primera beca de COLFUTURO mi vida cambió para siempre. La Mónica que existía antes, cambió. Mi vida, como la conozco ahora, empezó ese día. Se disparó mi carrera y me llevó a lo que estoy haciendo hoy en Cartagena”, afirma con convicción y con la misma emoción que sintió hace 20 años, la madrugada del mes de julio de 2001, tras tomar prestada una edición del periódico El Tiempo en la portería de su edificio en Bogotá. Allí se enteró de que estaba en la lista selecta de 133 profesionales escogidos por el Programa Crédito Beca ese año, y que también estaba en la exclusiva lista de becarios Chevening en Colombia para poder realizar su LL.M. (Maestría en Derecho) en University College London (UCL). 

<Imagen de los resultados de COLFUTURO cuando Mónica fue seleccionada.
 

“Soy hija de navegante. Crecí viendo el mar. Uno se sienta a mirarlo y sabe que al otro lado debe haber algo; un universo que no conoces. Por eso, siempre supe que tenía que dar la vuelta al mundo”, explica Mónica.

“Nunca me sentí tan costeña como cuando estuve en el exterior”

Ella no lo sabía mientras ocurría, pero en Londres vivió una de las mejores etapas de su vida. “Lo que aprendí académicamente, la experiencia de vida allí fue una locura. Es una ciudad absolutamente infinita. En el apartamento donde vivía éramos 7 personas: una de España, una de Fiyi, dos de Grecia, una de Siria, una de Taiwán y una de Noruega. El sur global existe, con la de Siria y Fiyi me entendía como si fueran cartageneras. Fui absolutamente feliz ese año, con las enseñanzas y experiencias de vida. Aprendí a comer sushi, a tomar vino”, relata con emoción.

"Llegué a ser asesora del viceministro de Comercio Exterior, asesora del despacho del ministro y a tener mayores responsabilidades. Estuve 12 años en la entidad y mi último cargo fue como agregada del Ministerio de Comercio en la Misión Permanente de Colombia ante la Unión Europea".

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Esa etapa también le sirvió para valorar con mayor convencimiento sus raíces caribeñas, pues llevar el mar en la sangre tiene unas implicaciones culturales que se hacen más visibles ante el contraste con otras formas de vida, como en su caso.
Luego regresó al país y se concentró en una tarea que ocupó sus prioridades: buscar la forma de trabajar con el Estado. Fue así, y gracias a la experiencia en Londres y lo que había aprendido en su clase de derecho de la Organización Mundial de Comercio (OMC), como se vinculó al equipo negociador del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. 

“Ahí empecé a ascender. Llegué a ser asesora del viceministro de Comercio Exterior, asesora del despacho del ministro y a tener mayores responsabilidades. Estuve 12 años en la entidad y mi último cargo fue como agregada del Ministerio de Comercio en la Misión Permanente de Colombia ante la Unión Europea, en Bruselas”, explica desde Cartagena. A ese último trabajo llegó, mientras se encontraba trabajando en una firma de abogados en Washington D.C., luego de una de sus tantas reinvenciones. 

“Era 2012 y me llamó el viceministro de Comercio para decirme que me quería en Bruselas porque el tratado que yo había negociado y revisado legalmente había llegado al Parlamento y estaba listo para ser aprobado. Y necesitaba que fuera a reforzar el equipo de Colombia”. No se lo pensó dos veces y dejó todo por ir detrás de su pasión por aportar al desarrollo del país. Allí duró 6 años, hasta cuando renunció en diciembre de 2018 porque sentía que debía regresar al país para aportar todo lo que había aprendido en ese trayecto.

Una mujer que se reinventa constantemente

Antes de retornar a Cartagena, se dio cuenta que para aportar de la forma en la que buscaba debía formarse en temas de política pública. Se presentó a maestrías relacionadas, en Estados Unidos, y fue seleccionada en Harvard, en Berkeley, en Michigan y en Duke. Escogió esta última universidad por los costos asociados al programa y el entorno de ciudad que tenía a su disposición. Aplicó por segunda vez a COLFUTURO para asumir los gastos y fue seleccionada por el Programa Crédito Beca en 2019 para la maestría en International Development Policy.

De su experiencia en Duke University

Sus estudios fueron realizados en momentos, personales y mundiales, totalmente diferentes, por eso lo aprendido en ellos también tuvo un impacto especial en cada etapa. Durante su maestría en Estados Unidos llegó la pandemia y, con ella, una depresión que nunca antes había vivido y que la llevó a esforzarse mucho más para llevar a cabalidad su proyecto de estudios. Hoy, esto hace parte de un capítulo más de su vida, que la volvió mucho más fuerte y valiente para seguir trabajando por sus sueños.

Al terminar los estudios, volvió a Cartagena con el objetivo de impulsar el empoderamiento político de niñas y mujeres en la Costa Caribe de Colombia y una mayor representatividad de ellas, en órganos del nivel local que deciden las políticas públicas, a través de una fundación que está construyendo. Pero en su retorno se dio cuenta de la crisis que afronta la ciudad y decidió emprender una de las cruzadas más importantes de su vida: lanzarse a la Alcaldía para el periodo 2024-2028.

Durante su estadía en Estados Unidos

“Si no gano, quiero mirar para atrás y ver con orgullo todo el recorrido de esta campaña, mostrando cómo se puede hacer política limpia en esta ciudad, para que más gente como yo se atreva a lanzarse a cargos de elección popular; gente joven, con nuevas ideas y perspectivas. No políticos de carrera, ni tiktokers, ni locutores de radio, sino gente profesional con hoja de vida en servicio público y experiencia en formulación de política pública. Mi candidatura es acerca de sanar la democracia fallida y disfuncional de mi ciudad”, remarca con detalle.

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Así ha sido la vida de Mónica, una fuente inagotable de decisiones enfocadas hacia la búsqueda de grandes propósitos que tengan un impacto superior. A juzgar por la forma en la que habla del tema, ese es el motor de su idea de lanzarse de lleno a la política electoral por primera vez.

“La gente me subestima y esa es mi mejor arma, pues rápidamente se van a sorprender al ver de lo que soy capaz. Mi campaña será pedagógica. Le tengo fe al pueblo cartagenero. Sé que no será fácil, pero lo voy a hacer, porque mis principios me dictan que es lo que tengo que hacer en este momento histórico”, finaliza Mónica.