Talento colombiano de exportación

Redactado por Luis Carlos Proaños

Sarita de Bedout se animó a buscar respuestas en la economía para decidir su proyecto de vida. Decidida y osada, se fue a Chicago para realizar su MBA, con el apoyo de COLFUTURO, y hoy es una de las líderes de la startup colombiana Melonn en territorio mexicano. 

Las crisis son las oportunidades ideales para que brote el ingenio. Así lo entendió Sarita de Bedout Franco, quien decidió mudarse de Medellín a Bogotá para estudiar Economía en la Universidad de los Andes, con el objetivo de intentar entender y aportar algo a la crisis que sacudía al mundo en 2008, como resultado del colapso de la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos.

"Me parecía que la carrera tenía una parte numérica y cuantitativa muy fuerte, pero también intuición y análisis sobre lo que ha pasado en la historia, para ver cómo podemos construir el futuro”, recuerda.

Una vez se estableció en la capital del país, empezó a consolidar su perfil académico y a proyectar su meta de estudiar en el exterior. La experiencia universitaria le funcionó para relacionarse y escuchar a varios de sus profesores sobre lo que significa hacer un posgrado por fuera del país.

Dando rienda suelta a su estilo perseverante, se presentó al prestigioso MBA de University of Chicago y fue aceptada en 2019. Para poder financiarlo, hizo su postulación a la convocatoria 2019 del programa Crédito Beca de COLFUTURO con todas las expectativas de ser seleccionada, y lo consiguió de manera exitosa.

Con sus compañeros de estudio en el MBA.

La diferencia de formarse en alto nivel

Al llegar a su destino, se encontró con un mundo ideal al cual engancharse para cumplir sus metas, impulsada por la formación de alto nivel que recibió en su MBA y la calidad de las personas con las que compartió su etapa de formación.

“Tienes profesores que son premios Nobel, conoces gente que al final se vuelve una red de contactos muy valiosa que te puede ayudar en tu carrera profesional aún después de terminar tus estudios: estás estudiando con personas talentosas, que han sido ejecutivos en bancos, que han hecho consultoría estratégica durante mucho tiempo, y que tienen más de 5 años de experiencia en compañías reconocidas a nivel mundial”, subraya.

Su vivencia académica en Estados Unidos no pudo ser mejor, pues la dotó de una serie de aprendizajes que exceden el ámbito laboral. “El posgrado te enseña a priorizar muchos aspectos de la vida, más allá de lo profesional. Adquieres habilidades de liderazgo, de trabajo en equipo y de organización. Los recursos están a tu alcance para que tengas la mejor experiencia de vida, la disfrutes y puedas aprender", resalta.

Y su entereza educativa la llevó a ser parte del Dean’s Honor List, que selecciona a los estudiantes con las mejores calificaciones del trimestre.

En Chicago, la ciudad que la acogió.

De la vida en Chicago la deslumbró la forma en la que una ciudad puede arropar y acompañar a la experiencia educativa desde otros ámbitos, como la cultura y la belleza arquitectónica. Reconocida internacionalmente por un perfil en el que predominan los imponentes rascacielos, esta metrópoli también es famosa por sus museos, incluyendo el Art Institute, uno de los más importantes del mundo, con una amplia colección de pinturas impresionistas.

Con todo lo anterior incluido, otro factor fue decisivo para cambiar su forma de ser. El calor humano del ciudadano de Chicago y toda su apertura mental le transmitieron la posibilidad de estar más presta al diálogo y a la interacción social. “En esta ciudad todo el mundo te habla. Y esa capacidad de estar dispuesto a conocer gente nueva, a ver qué puedes aprender de las personas, qué puedes trabajar junto con otros me pareció el cambio de chip y la parte cultural más interesante de estar en una ciudad como esta” reconoce.

“Ha sido un reto impresionante. Estoy alargando mi experiencia de maestría en el sentido de que estoy conociendo una nueva cultura, unas formas nuevas de hacer negocios”.

Explorar y exportar el talento en nuevos campos

Con el caudal de valioso conocimiento que adquirió en el MBA, Sarita de Bedout amplió el horizonte de su campo de acción profesional. “Estaba muy enfocada en desempeñarme en banca de inversión, pero después de ver todo lo que se puede hacer y lo que están llevando a cabo en Estados Unidos en emprendimiento, empecé a explorar opciones”.

Siguiendo esa hoja de ruta, se vinculó desde principios de 2021 a la compañía colombiana Melonn y se le midió sin contemplaciones al reto de abrir las operaciones de la empresa en Ciudad de México. Pese a los temores que podría generar una responsabilidad tan considerable, era consciente de que estaba preparada para el desafío.

“Ha sido un reto impresionante. Estoy alargando mi experiencia de maestría en el sentido de que estoy conociendo una nueva cultura, unas formas nuevas de hacer negocios. En México hay muchas cosas que, en la minucia, son diferentes y te toca adaptarte para tener la flexibilidad y el desarrollo”, afirma sonriendo.

Durante los últimos meses, la empresa ha enfocado su trabajo en convertirse en un aliado para las pymes dedicadas al comercio electrónico (e-comerce), a través del apoyo a su proceso logístico. “Vimos que tienen problemas para escalar debido a los temas logísticos, entonces lo que estamos haciendo es prestar todo el servicio de 'fulfillment' que básicamente garantiza que los productos lleguen al cliente final, con promesas de entrega rápida, segura y consistente”, explica Sarita.

Lo mejor de esta etapa en su vida profesional es lo que ella considera como un aporte de valor a la economía colombiana. “Me gusta mucho porque es una combinación de estar aprendiendo, conociendo culturas y formas de hacer negocios, y trabajando por el país en una empresa que fue creada, diseñada y estructurada por colombianos, con unos niveles y estándares de calidad humana increíbles. Estamos haciendo un trabajo de talla mundial y todo creado en Colombia. Trabajar con ese orgullo es espectacular”, remarca.

El orgullo de lo conseguido desde el momento en que asumió este reto hasta la fecha la emociona al punto de relatarlo con emotividad y una enorme sonrisa. “Empecé como la trabajadora número 8 de la empresa y hoy en día somos más de 70. Ya estamos creciendo; hoy me siento a mirar para atrás y me sorprendo”.

Sarita de Bedout recuerda el momento en que todo empezó y guarda un grado alto de gratitud con cada etapa vivida que la impulsó al lugar en el que se encuentra actualmente: “Fue muy interesante porque si yo no hubiese estado en el MBA, nunca me habría ido a un startup y no estaría haciendo las cosas interesantes y retadores que hago hoy en día. Han sido una serie de eventos afortunados en los que COLFUTURO fue el empujoncito que necesitamos los estudiantes para tomar la decisión de irnos al exterior, y después abrirnos a un mundo de posibilidades e ideas nuevas, que al final se pueden traer para contribuir al desarrollo de Colombia”, finaliza.