Una razón explica por qué a la quibdoseña Yorleydy Ruiz se la han abierto tantas puertas en la vida investigativa: su espontaneidad. “Eso me ha dado la oportunidad de conocer muchas personas e incurrir en el proceso de crecimiento personal y profesional. Esa naturalidad, esa espontaneidad, ese sentido de querer hacer, colaborar y participar en todo me caracteriza por estar siempre dispuesta, disponible. Procuro estar en la tónica”, explica en entrevista con COLFUTURO. 

Basta con hablar con ella unos instantes para confirmarlo y entenderlo. Su vocación para la investigación nació cuando estudió el pregrado en Bacteriología del Colegio Mayor de Antioquia y tuvo que realizar las prácticas profesionales en la Sede Investigativa Universitaria (SIU) de la Universidad de Antioquia. “Su fuerte es la investigación. Te activan el chip de querer profundizar y no quedarte en lo básico”, detalla Yorleydy. 

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Al terminar este proceso, volvió a Quibdó para trabajar y desempeñarse en la parte asistencial de su carrera, pero confirmó que su destino le pedía seguir formándose. “Siempre me gustó estudiar. Dije «tengo que especializarme». Hice una especialización en Colombia, pero siempre quería más”, recuerda desde Quibdó.

En ese momento se casó y en su esposo encontró el impulso y a un aliado clave para seguir estudiando, pero esta vez fuera del país. “Él dio el arranque, fue favorecido en una convocatoria del Ministerio de Salud, y yo dije: también lo voy a hacer. Entre las búsquedas que hice, de becas y de estudios, me enteré de COLFUTURO. Indagué, vi que había muchas posibilidades y dije «de una, ¿por qué no?» En ese orden de ideas accedí a la convocatoria y salí favorecida”.

Portugal, un destino ideal para un sueño

Portugal fue el destino escogido en 2015 por Yorleydy para estudiar un doctorado en Ciencias Biomédicas de la Universidade Nova de Lisboa. Este país encajaba a la perfección con su proyecto. Por un lado, allí se encontró con una comunidad ampliamente influenciada por la cultura africana “Se encuentra uno que a nivel cultural el vivir con personas que son originarias y que tienen sus raíces me enriqueció mucho la parte cultural. La propia comunidad portuguesa convive muy bien en ese entorno”.

"Vivir en el exterior no es fácil. En términos financieros, el apoyo de COLFUTURO juega un papel importante. Fue muy significativo porque siempre hubo respuesta oportuna y una voz de aliento"

Por otra parte, halló un instituto de enfermedades tropicales en el que podía desarrollar el proyecto investigativo que tenía en mente relacionado con la malaria. “El ambiente era muy propicio. De hecho, para hacer mi proyecto, el acceso a las muestras era muy fácil porque Portugal trabaja mancomunadamente con países africanos. Lo tenía todo: la población, las muestras, la caracterización de lo que quería hacer. Toda esa facilidad de encuadrar la posibilidad de lo que quería”.

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La experiencia estuvo marcada por un hecho fundamental: ser madre y estudiante al mismo tiempo. Allí el apoyo de COLFUTURO fue fundamental, como ella misma lo indica. “Vivir en el exterior no es fácil. En términos financieros, este apoyo juega un papel importante. Sin el apoyo no lo hubiera logrado. A nivel de logística, del apoyo técnico y el acompañamiento, fue muy significativo porque siempre hubo respuesta oportuna y una voz de aliento. Lo disfruté. Era un alivio porque sentía que me apoyaban y me respaldaban”, recuerda sobre esa época.

Por el enfoque investigativo de su programa, Yorleydy decidió profundizar en la detección de la malaria y hacer de ello su proyecto de grado. “Lo hice con la comunidad humoral de malaria, en la caracterización de antígenos de falciparum que pudieran servir como biomarcadores para el diagnóstico serológico de malaria o como potenciales candidatos a vacuna. Analizar una cepa de plasmodium (el parásito que causa la enfermedad), caracterizar los antígenos que tenían una actividad inmunológica, es decir que reconocían anticuerpos de individuos expuestos o con historia clínica de malaria. Le hicimos diferentes ensayos de bioinformática y bioprecipitación para ver qué tanto podían concebir una capacidad inmunogénica, es decir de reconocimiento, tanto para el diagnóstico como para crear memoria para la producción de una vacuna”, explica.

“Estoy dando lo mejor de mí para que los jóvenes que se están formando tengan ese plus de la parte investigativa. Proyectarlos a salir, a aprender un nuevo idioma. Eso enriquece la parte profesional y personal"

Este enfoque y el tema de la investigación son de suma importancia pues pueden ayudar a sentar las bases biológicas sobre las cuales se diseñe una vacuna contra esta enfermedad: “Pudimos encontrar que efectivamente había una diferencia, que las muestras de pacientes de África tenían una mayor respuesta. Lo que pudimos discutir es que la exposición es un tema fundamental en la consecución de la inmunidad en la malaria. No es lo mismo una persona que geográficamente se encuentra expuesta a la enfermedad que una que no tenga contacto diario con ella. Esa capacidad de exposición versus la diversidad parasitaria puede ser importante a la hora de encontrar un antígeno que reconozca o cree memoria para la producción de una vacuna”, agrega.

Volver con la ilusión de aportar

Después de sustentar su proyecto de grado y de terminar su doctorado, en plena pandemia, Yorleydy volvió a su Quibdó natal con la llama de la investigación más encendida que nunca en su interior. Se vinculó como docente de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Tecnológica del Chocó. En ese momento, se estaba poniendo en funcionamiento el laboratorio de Biología Molecular. Para la época, según cuenta, el rector y las personas encargadas estuvieron de acuerdo en que su perfil profesional encuadraba a la perfección en el proceso de activación del laboratorio. Este espacio se diseñó para dar respuesta a la pandemia y, a su vez, para dar apoyo en el diagnóstico de enfermedades tropicales e infecciosas, con un componente de biología molecular.

La puesta en marcha del laboratorio contempla un proyecto ambicioso y a la vez necesario: diseñar los protocolos para el diagnóstico de enfermedades infecciosas, como malaria, dengue, chagas, entre otras. “Soy el apoyo técnico, científico y de diagnóstico. El laboratorio cuenta con una capacidad instalada de equipos que puede soportar esos procesos. Estamos trabajando para la consecución de los insumos y para que se convierta en una unidad de referencia para el diagnóstico. También para que sirva de apoyo para los centros hospitalarios del departamento del Chocó”, explica sobre esta etapa que se encuentra liderando.

Su objetivo es muy claro: impactar a sus estudiantes, sembrar en ellos la semilla de soñar en grande al tiempo que pueda ayudar a mejorar la prevención de enfermedades tropicales en comunidades vulnerables. “Estoy dando lo mejor de mí para que los jóvenes que se están formando tengan ese plus de la parte investigativa. Proyectarlos a salir, a aprender un nuevo idioma. Eso enriquece la parte profesional y personal. Espero haber contribuido a esos jóvenes y que en unos años me digan que están en otro país y que se formaron en otra cosa”, reconoce.

"Tenemos la materia prima, las enfermedades, las desigualdades, las necesidades básicas y de saneamiento, que nos sirven de punto de partida para hacer investigación. Son debilidades por suplir que podemos potencializar"

Yorleydy se proyecta e imagina el impacto que puede genera con los procesos que está dinamizando en este momento. “Espero poder contribuir a muchos procesos a nivel de investigación en la universidad, que lo necesita. La universidad necesita fortalecer su capacidad investigativa y queremos que de aquí a unos tiempos podamos ser medidos con mejores índices. Espero que eso futuramente se pueda ver con buenos frutos, alcanzar índices de calidad esperados, y a nivel de diagnóstico que las personas de menos recursos puedan tener acceso oportuno, que los índices de mortalidad de esas enfermedades disminuyan por todas las investigaciones que podemos adelantar y por la oportunidad de diagnóstico.

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También tiene claro que desde esta esquina en la que ella se encuentra, la de la investigación científica, se puede cambiar el paradigma y convertir las carencias en oportunidades. “Desafortunadamente tenemos la materia prima, las enfermedades, las desigualdades, las necesidades básicas y de saneamiento, que nos sirven de punto de partida para hacer investigación. Son debilidades por suplir que podemos potencializar, porque a partir de allí podemos hacer investigación y mostrarle a la comunidad científica que necesitamos apoyo y ayuda para intervenir esos problemas”, explica con entusiasmo.

Redpensando al Chocó y al futuro de sus generaciones

Yorleydy hace parte de la iniciativa Redpensando al Chocó, que reúne a un grupo de destacados profesionales que tuvieron la posibilidad de estudiar en el exterior. Ellos se han reunido para pensar cómo pueden aportar desde lo que son y lo que hacen al desarrollo del departamento. 

Así describe ella lo que significa una iniciativa de esta magnitud: “Proyecta que esa visión del Chocó sobre la pobreza y violencia no es cierta. Hay personas capacitadas y otras que se están formando para impulsar el crecimiento y el desarrollo del departamento. Es una forma de demostrarle al resto del mundo que independientemente de las adversidades políticas, sociales, económicas, hay personas que creen y apuestan por el desarrollo del territorio”.

Con base en su experiencia, quiere dejar claro un mensaje a las nuevas generaciones que están creciendo en medio de un contexto particular como lo es el Chocó. “Cuando se planifica, uno se debe mentalizar de que las cosas son posibles. La disposición y el entusiasmo ayudan a lograrlo. No hay barreras. Hay muchas oportunidades y apoyos. También mucho potencial y materia prima para hacer. Esa oportunidad de salir al exterior enriquece y fortalece a las personas, pues permite conocer nuevas culturas, personas y perspectivas”, finaliza.

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